martes, 26 de julio de 2011

Lanzamiento de la campaña nacional contra la violencia a las mujeres ¡Cuidado el machismo mata!



La Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual ha detectado, de enero a julio de 2011, veinte femicidios. Ocho de las mujeres asesinadas habían denunciado al agresor ante los organismos competentes y tres de ellas contaban con medidas cautelares. El machismo sigue matando mujeres, y los mecanismos institucionales responsables de su protección son ineficaces.


Recientemente, la ministra del Servicio Nacional de la Mujer, Carolina Schmidt ha querido mostrar a la ciudadanía que gracias a las iniciativas adoptadas por este gobierno -entre las que se encuentra la instalación de centros para rehabilitación de hombres agresores- los femicidios habrían disminuido a nivel nacional en un 50% respecto del año 2010.


Los dichos de la ministra parecieran responder más al deseo de sacar dividendos políticos que a un serio interés por enfrentar este grave problema social. No hay evaluación, ni puede haber, de un programa piloto que recién se implementa desde hace seis meses, y que presenta cuestionables resultados en otros países.

Las cifras que exhibe SERNAM no dan cuenta del problema real. ¿No es acaso femicidio la violación y posterior asesinato de Madelaine Pichuhuinca de 12 años de edad? ¿y el de Fernanda Rivas, asesinada por un cliente del local nocturno en que trabajaba? ¿y otros, que la ley también excluye? El SERNAM omite, además, información tan relevante como los femicidios frustrados, y el seguimiento de los procesos judiciales a los agresores, entre otras. Nos parece impresentable que la única información oficial de gobierno sobre el femicidio, contenida en la página web de SERNAM, sea una transcripción literal de la crónica roja de la prensa de circulación nacional.


El femicidio es una expresión extrema del continuo de violencia contra las mujeres, que afecta, de una u otra forma, a todas. Este continuo se expresa en la casa, en las calles, en las instituciones, y en todos los lugares en que desarrollamos nuestras vidas: menores salarios en los mismos puestos de trabajo; acoso y violencia sexual; sexismo en los medios de comunicación y en la publicidad; educación sexista; trata y explotación sexual de niñas y adultas; discriminación a migrantes e indígenas; violencia contra lesbianas y otras sexualidades disidentes, etc.



La Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual -organizaciones y redes de mujeres y feministas- llama a todas y todos a hacerse parte de la Campaña ¡Cuidado! El machismo mata, en todas las regiones del país. En Arica será en 21 de mayo a las 19 hrs frente el Banco del Estado.

VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES: UN CONTINUO QUE TERMINA EN MUERTE



El machismo sigue matando mujeres y el Estado falla en su responsabilidad.

La Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual ha detectado, de enero a julio de 2011, veinte femicidios. Ocho de las mujeres asesinadas habían denunciado al agresor ante los organismos competentes y tres de ellas contaban con medidas cautelares. El machismo sigue matando mujeres, y los mecanismos institucionales responsables de su protección son ineficaces.

Recientemente, la ministra del Servicio Nacional de la Mujer, Carolina Schmidt ha querido mostrar a la ciudadanía que gracias a las iniciativas adoptadas por este gobierno -entre las que se encuentra la instalación de centros para rehabilitación de hombres agresores- los femicidios habrían disminuido a nivel nacional en un 50% respecto del año 2010.

Los dichos de la ministra parecieran responder más al deseo de sacar dividendos políticos que a un serio interés por enfrentar este grave problema social. No hay evaluación, ni puede haber, de un programa piloto que recién se implementa desde hace seis meses, que aborda el problema como si fuera de salud mental y que presenta cuestionables resultados en otros países.

Las cifras que exhibe SERNAM no dan cuenta del problema real. ¿No es acaso femicidio la violación y posterior asesinato de Madelaine Pichuhuinca de 12 años de edad? ¿y el de Fernanda Rivas, asesinada por un cliente del local nocturno en que trabajaba? y otros, que la ley también excluye. El SERNAM omite, además, información tan relevante como los femicidios frustrados, y el seguimiento de los procesos judiciales a los agresores, entre otras. Nos parece impresentable que la única información oficial de gobierno sobre el femicidio, contenida en la página web de SERNAM, sea una transcripción literal de la crónica roja de la prensa de circulación nacional.

El femicidio es una expresión extrema del continuo de violencia contra las mujeres, que afecta, de una u otra forma, a todas. Este continuo se expresa en la casa, en las calles, en las instituciones, y en todos los lugares en que desarrollamos nuestras vidas: menores salarios en los mismos puestos de trabajo; acoso y violencia sexual; sexismo en los medios de comunicación y en la publicidad; educación sexista; trata y explotación sexual de niñas y adultas; discriminación a migrantes e indígenas; violencia contra lesbianas y otras sexualidades disidentes, etc.

FEMICIDIO

La ley sobre femicidio promulgada a fines del 2010 responde a un enfoque familista de las relaciones entre hombres y mujeres. Sólo agrega la consideración de femicida a quienes habían convivido con las mujeres que asesinaron aun cuando no tuvieran hija/os en común, relación no contemplada en la ley sobre Violencia Intrafamiliar.

El femicidio evidencia patrones culturales de dominio, control y sentido de propiedad que ejercen los hombres sobre las mujeres, y que están a la base de la violencia de género. El femicidio es un crimen de género. La mayoría de las veces es resultado de violencia y malos tratos reiterados en relaciones de intimidad y confianza, otras, es resultado de ataques sexuales perpetrados por desconocidos, o conocidos ocasionales que se sienten igualmente con el derecho a disponer de los cuerpos de mujeres y niñas.

Estos hechos siguen siendo tolerados por la institucionalidad pública. La legislación no recoge la real dimensión del problema: ni la ley VIF, ni la ley de acoso sexual promulgada en 2005[1], ni la ley que tipificó el femicidio. Anualmente, en Chile, se cometen entre 50 y 60 femicidios. De enero a diciembre del año 2010 registramos 56 femicidios. En 7 de estos casos, la mujer asesinada contaba con una medida cautelar (12,5%) y en 11 casos, ellas habían denunciado al agresor (19,6%), lo que muestra un alto grado de ineficacia del sistema de protección a las mujeres. Estos crímenes en diferentes magnitudes son cometidos en todas las regiones del país.

Otras instituciones, como los medios de comunicación, las asociaciones gremiales y las iglesias encubren y guardan silencio cómplice frente al abuso sexual, y la violencia contra las mujeres.

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

Durante tres décadas los movimientos de mujeres y feministas se han movilizado para visibilizar la violencia de género, en sus múltiples manifestaciones. A comienzos de los 90’, se reconoce que el hogar puede convertirse en el lugar más peligroso para mujeres y niñas. Sin embargo, las negociaciones parlamentarias restringieron la violencia contra las mujeres en la ley sobre violencia intrafamiliar[2], invisibilizando que se trata de violencia machista, y que también ocurre fuera de la familia.

Desde el Estado, se han dado débiles respuestas para romper la artificiosa frontera entre lo público y lo privado, que está a la base de la fragmentación de la violencia contra las mujeres. Esta visión no da cuenta de su carácter estructural y persiste, por tanto, el diseño de políticas estatales parceladas. El acoso sexual sólo se considera una falta en el código laboral, no se sanciona en el espacio educacional ni en las calles. El abuso sexual a niñas se oculta permanentemente.

Y lo que es peor, en nuestro país, desde el Estado y otras instituciones se sigue fomentando una visión parcial y fragmentada de la violencia hacia las mujeres, que impide reconocerla como un fenómeno social cultural sobre el cual es posible actuar para erradicarla. Es imperativo denunciar a viva voz a todos los agresores de mujeres, sean ellos familiares o conocidos de la familia, curas, amigos, profesores, compañeros de trabajo o de partido, jefes, u otros, y terminar con el silencio que los encubre.

FRECUENCIA DE CASOS POLICIALES POR DELITOS DE VIF/ AÑOS 2005 A 2010.

año

Total

mujeres

2005

95.484

84.449

2006

102.309

86.838

2007

120.269

100.658

2008

133.918

111.348

2009

141.221

115.325

2010

137.177

110.116

Fuente: División de Seguridad Pública. Ministerio del Interior.

Esta información presentada por el Ministerio del Interior, División de Seguridad Pública muestra un número creciente de delitos de Violencia Intrafamiliar y, también, que el 80.3% de los casos corresponde a mujeres adultas entre 18 y 64 años. Aun así resulta imposible conocer la real magnitud de la violencia hacia las mujeres en el contexto familiar, puesto que se muestran las cifras en tres rangos etarios, dos de los cuales no están desagregados por sexo: el de niñas y niños, y el de adultos mayores que se nombra como ancianas y ancianos, como si niñas y ancianas no fueran mujeres.

Un problema mayor, que impide analizar, interpretar y comparar las cifras que cada repartición presenta (el Ministerio Público y la División de Seguridad Pública del Ministerio del Interior) es que estas no corresponden a criterios comunes, tanto en las categorías que usan como en las variables que desagregan. Esto muestra la fragmentación y descoordinación con que se aborda institucionalmente la violencia contra las mujeres. Además, en el caso del Ministerio Público, los datos aún no se desagregan por sexo.

Una información fiable y de calidad es condición para la formulación de políticas públicas que aborden seriamente los problemas.

VIOLENCIA SEXUAL

La violencia sexual es la más silenciada y naturalizada. De hecho, sólo un 20% de las agresiones sexuales se denuncia. Muchas veces no se identifican como tales y se perciben como algo ‘natural’: miradas intimidatorias y hostigamiento sexual en las calles o en el transporte público; solicitud de ‘favores sexuales’ en el trabajo o en la escuela; abuso sexual y violación en la familia y fuera de ella, por conocidos o desconocidos; explotación sexual de niñas y adultas; publicidad y educación sexista, entre otras.

Una de las manifestaciones de violencia sexual que recientemente está siendo objeto de preocupación institucional es el tráfico y trata de personas, donde mujeres adultas y niñas son las más afectadas[3] en la explotación sexual y laboral. Desde el año 2005 se encuentra estancado en el congreso un proyecto de ley que tipifica el delito de trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes.

Según datos de Delitos de Mayor Connotación Social publicados por Seguridad Pública- Ministerio del Interior, las violaciones registradas como casos policiales durante el año 2010 ascienden a 3.145.

Entre enero y marzo de 2010 se registraron 799 violaciones, mientras en el mismo período de 2011, se han registrado 871 violaciones. Estas cifras muestran un aumento de la violación, habitualmente a mujeres, sin embargo, la gran impunidad de estos delitos queda a la vista con el número de aprehensiones registradas por la misma fuente: 122 en el primer trimestre de 2010, y 150 en el mismo período 2011. Los violadores caminan libremente por las calles.

Las mujeres estamos crecientemente identificando la violencia machista y cada vez menos dispuestas a tolerar cualquiera de sus manifestaciones. El aumento anual de las denuncias por violencia y malos tratos de sus parejas o ex parejas, lo demuestran. Avalan esta constatación, las más de 300 organizaciones y colectivos de mujeres articuladas en la Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual, que desarrollan campañas y acciones en al menos 10 regiones del país. Asimismo, la cantidad de mujeres jóvenes estudiantes que solicitan información a la Red Chilena para elaborar sus trabajos escolares, tesis de grado o de postgrado, son otro indicador de esta afirmación.

La Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, convoca anualmente a la Campaña ¡CUIDADO! EL MACHISMO MATA. En esta quinta versión enfrentamos la permanente victimización de las mujeres. Mensajes tales como: SI UNA MUJER DICE NO ES NO. EN EL CARRETE Y EN LA AVENTURA, QUIERO SENTIRME SEGURA. MI CUERPO ES MÍO, son afirmaciones que reflejan la creciente oposición de las mujeres a la violencia. Así también, los mensajes VERBAL, SEXUAL O INSTITUCIONAL ES VIOLENCIA IGUAL, MAHISMO DE IZQUIERDA, MACHISMO DE DERECHA NIGUNA DIFERENCIA, o EDUCACIÓN PÚBLICA, LAICA Y NO SEXISTA, enfatizan que la violencia contra las mujeres está inmersa en el sentido común, en las instituciones y en todos los planos de la cultura.

La Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual -organizaciones y redes de mujeres y feministas- llama a los medios de comunicación a hacerse parte de Campaña ¡Cuidado! el machismo mata, y a cubrir las acciones que se desarrollan, a partir de su inicio el jueves 28 de julio, en distintas regiones del país:

Arica: 19 hrs 21 de mayo frente al BancoEstado

Valparaíso: 12.30-14.30 hrs Pza. Cívica

Santiago: 12.30-14.30 hrs Paseo Ahumada entre Agustinas y Huérfanos.

Talca: 12.30-14.30 hrs Paseo peatonal

Concepción: puerta a puerta.

Osorno: 12 hrs Pza de Armas/ 15 hrs Centro Cultural

Valdivia: 12.30 hrs Performance itinerante en el centro de la ciudad, desde el mall.


[1] Es una ley del trabajo, que reduce el acoso al ámbito laboral, siendo que esto ocurre en las calles, en los establecimientos educacionales, en los servicios públicos, en las iglesias y en los partidos, en todas partes.

[2] El año 1994, la Ley sobre Violencia Intrafamiliar (VIF) no tipificó delito y la consideró una simple ‘falta’. Recién en 2005, se promulga una nueva ley sobre VIF, que crea el delito de ‘maltrato habitual’, primer delito en Chile, que debe ser calificado por el tribunal de familia antes de pasar a la justicia penal.

Estas leyes, sobre violencia doméstica o violencia intrafamiliar, se formulan simultáneamente en diversos países de América Latina en el marco de la Convención Interamericana Belém do Pará.

[3] Según un estudio realizado por OIM Chile: “Investigación sobre Trata de Personas en Chile”, 2008; el 59,8% de las víctimas de trata de personas son mujeres y la mayor parte de ellas son sometidas a explotación sexual.